Aplicaciones móviles, foco de publicidad que debe ser controlada
julio 7, 2022
En 2021, el tiempo de uso diario de tecnología móvil en el mundo fue de 2 horas y 27 minutos; en Colombia se acerca a las 3 horas diarias. Foto: Brandon Pinto - Unimedios
Redacción Portada
Un estudio liderado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) con participación de las universidades del Rosario, Panamericana (México) y Complutense de Madrid (España), evidenció que la publicidad a través de anuncios es más fácil de identificar, pero otra se cuela en juegos, en series y en páginas web.
Niños y jóvenes están expuestos a estímulos publicitarios que no son propios para su edad, lo que genera un cambio en sus comportamientos, en su forma de ver la vida y en la manera de relacionarse.
Esto es importante si se tiene en cuenta que en aplicaciones, redes sociales o videos virales es habitual que se les anime a participar en concursos online o a rellenar formularios cuya finalidad es recabar información de los hábitos de consumo, algunas veces solicitando información personal.
Por ejemplo, algunas publicidades redirigen al usuario a descargar aplicaciones que solicitan acceso a la cámara del dispositivo o a su ubicación, otras incitan a comprar y algunas promueven conductas alimentarias poco saludables.
¿Qué pueden hacer los padres ante esta situación? Una encuesta aplicada a 1.454 padres de México, España y Colombia mostró que estos carecen del conocimiento adecuado sobre la información empleada en tablets o smartphones que afectan a sus hijos.
La profesora Sandra Patricia Rojas, líder del Grupo de Investigación de Management and Marketing de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAL, afirma que se identificó que todos están de acuerdo en que no es positivo que sus hijos menores de edad estén expuestos a publicidad desde pequeños.
Sin embargo, también se halló una diferencia en las actitudes: en México, por ejemplo, es más aceptado que en los demás países, y en España los padres están más informados con respecto a la publicidad.
Además, el tiempo que los menores pasan en la red parece ser el principal motivo que lleva a los padres a prohibirles seguir en la pantalla cuando se percatan de que el uso excesivo, mientras que el tipo de contenido al que acceden no les preocupa tanto.
Precisamente, menciona que “los datos revelan que los progenitores se sitúan especialmente en una ‘mediación restrictiva’, en la que controlan el tiempo que sus hijos pasan en la red, y en una ‘mediación activa’, basada en la supervisión y el diálogo, que aunque tiene una presencia importante, es menos habitual”.
“Los padres más autoritarios conocen más sobre la publicidad a la que están expuestos sus hijos, ya que controlan más la información que consumen sus hijos en redes sociales, en juegos y en la web”.
De otra parte, “los padres más laxos en la crianza no reconocen que los juegos incluyen publicidad, o que si estos son gratuitos entre cada partida sale un video que es un anuncio; en general, esto sucede porque desconocen el lenguaje publicitario”.
También señala que “en el grupo de investigación se ha identificado que niños y jóvenes dedican mucho más tiempo al espacio online que a entornos reales y físicos; permanecen todo el tiempo ‘conectados’ y no tienen tiempos muertos de aburrimiento”.
Urge educación mediática en niños
En el estudio se consideraron dimensiones morales y actitudinales de padres con hijos entre los 5 y 16 años, quienes fueron contactados a través de redes sociales.
La muestra se tomó de manera simultánea, y aunque inicialmente el cuestionario se construyó en Colombia, se adaptó para cada país. Las preguntas abarcaron el segmento demográfico para identificar cuantos niños tenían a cargo los padres y cómo se componía el núcleo familiar, y también para conocer un poco más el estilo parental, es decir si son padres indulgentes, autoritarios o moderados.
“Este conocimiento se dividió en tres sentidos: moral, es decir qué tan ético ven los padres la exposición a la publicidad; cognitivo, o lo que conocen los padres sobre el tema, y actitudinal, o sea qué opinan los padres sobre la publicidad y si la exposición a esta les parece buena o mala”, explica.
Hay un desconocimiento y falta de criterios claros sobre cómo abordar la educación mediática de los hijos y en la adolescencia los padres parecen considerar a los hijos autosuficientes para hacer uso de las pantallas. La mediación familiar detectada en esta investigación es prácticamente nula en las primeras etapas de la vida. Los padres dejan a sus hijos los dispositivos, y en muchos casos, favorecen el uso en estas edades por la sensación de tener a sus hijos tranquilos y controlados.
Según la académica, los datos que arroja este estudio invitan a cuestionar la capacidad del menor para reconocer publicidad en redes sociales, sobre todo cuando aparece entremezclada con otro tipo de contenidos.
Por eso, el vínculo de los padres con los hijos en relación con las nuevas tecnologías debería centrarse en que los progenitores asuman modelos educativos comprometidos y activos y que compartan actividades de tecnología y comunicación con sus hijos para que estos adquieran patrones de conducta más seguros.