A Rosado, de Laporte
mayo 19, 2021
William Rosado Rincones.
Redacción Portada
Creí que conocía el dolor, pero solo llegué a tenerlo de frente al sentir tu ausencia. Sé que fue la voluntad de Dios el que partieras, pero solo lo acepto porque me imagino que el Todopoderoso estaba agobiado por tanto sufrimiento en la tierra por esta pandemia creada por el mismo hombre, entonces sintió la necesidad de buscar refugio y pensó en ti.
Ya me imagino cómo estarán las cosas en el cielo, Dios acudiendo a tu bondad para ayudar a tantos adoloridos y disfrutando a carcajadas de tus ocurrencias. ¿Le habrás echado qué cuento ya? ¿El de que Mendoza está loco por dárselas de dibujante ahora? ¿El de la cartera mágica de Cadena? ¿El de Taty con los policías que encuentre? ¿El mío con la mesera de la 12?
Me consuelo con la imagen tuya enseñando a San Pedro, un hombre de túnica y de barba larga y blanca, a bailar asayonao, mientras Calixto toca Los Sabanales y Chuni hace palmas. ¿Ya viste a la vieja Francisca? ¿Te viste con tu papá? ¿Te reencontraste con Poplético? ¿Cómo se ve todo desde arriba?
A veces creo que todo es mentira, que tal vez es una de las tantas mamaderas de gallo tuyas, tal vez para que no vuelva a pasar los 31 de diciembre allá en tu casa, con mi abuela, o de pronto porque te aburriste de llegar a la mía y molestar a mis tías o quizás para no cargar a mi hija Mariana cuando nazca.
¿Será que estás cumpliendo con esa frase tuya de que los hombres buenos no mueren sino que se van de vacaciones y en esas andas? ¿Qué será de nosotros en 100 años, sin ti?
Ahora que veo esta foto me doy cuenta que siempre estuve detrás de ti, tratando de aprender algo, porque nunca negaste una enseñanza, un consejo, una sonrisa. Te me fuiste centro a centro, William, evadiendo mi compañía esta vez, enseñando lo que es dolor.
No hay día en que no esté triste mi abuela. Ahora sí es verdad que Mendo y Cade se metieron a viejos. Toño María no anda igual. Mañe ya ni escribe en el grupo, Smith te llora y El Monito creo que todavía no admite la realidad. Edilberto sigue firme en su propósito. Aquiles se ha mostrado débil y Taty no tiene quien lo consuele. El Orgullo hasta ha dejado de comer y Rafa ni le insiste. Jaiber y De la Hoz todavía no suben la cabeza.
Rosado, es imposible no llorar, nos quedaron muchas cosas por vivir. Dile de vez en cuando a Dios que te deje venir un rato y volvemos a sesionar en Bololó, porque tu carcajada hace falta, mucha falta.
Pd: Oiga, ¿dónde dejó las camisas que me iba a dar? Nada que logro bajar de peso…