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Diabetes, una pandemia silenciosa por falta de insulina

marzo 14, 2022

Se considera que la diabetes es una “pandemia silenciosa” porque el número de personas afectadas crece, pero hay barreras para acceder a la insulina. CHAIDEER MAHYUDDIN / AFP


Redacción Portada


Universidad Nacional de Colombia

A pesar de que hace más de 100 años se descubrió que la insulina sirve para tratar esta enfermedad, todavía se siguen presentando barreras para acceder al medicamento.

Así lo plantea en su tesis el médico Luis Édgar Parra Salas, especialista en Bioética y candidato a Doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la cual presenta un nuevo marco interpretativo sobre las contradicciones entre la necesidad de la insulina y el acceso al medicamento, en un escenario de inequidad social.

Según cifras del organismo no gubernamental Cuenta de Alto Costo (CAC), a junio de 2021 más de 1.600.000 colombianos padecían diabetes. Así mismo, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que de 1980 a 2014 el número de adultos con diabetes mellitus casi se cuadruplicó en el mundo, al pasar de 108 a 422 millones de casos.

Al respecto, el doctor Parra expone que en Colombia el aumento de los casos y las barreras para acceder a la insulina han transformado la enfermedad en una pandemia silenciosa.

Según su investigación, “el sistema de aseguramiento hace que la brecha de desigualdad aumente, pues aunque existe un ‘fondo público’ administrado por el Estado (el ADRES), los recursos públicos se transfieren a las EPS por medio de un pago por afiliado desigual entre los dos regímenes: contributivo y subsidiado”.

Por su parte, el profesor Mario Hernández, director de la tesis, explica que “existe una serie de obstáculos, en especial en el medio rural, por lo que las personas no cuentan con servicios médicos cercanos a los que puedan acudir; esto se traduce en mayores recursos propios para acceder a una atención especializada. Además, el sistema se centra en la atención rentable y ha abandonado la prevención de problemas como la diabetes”.

“Aunque en el sistema de salud existen registros de intervenciones individuales, no hay claridad sobre el número de personas que padecen la enfermedad; por eso decimos que es una pandemia silenciosa”.

Afirma además que “los datos en zonas rurales son imprecisos, pues hay subregistro porque la gente no logra acceder al diagnóstico ni al tratamiento adecuado”.

En un estudio realizado por la CAC se evidencia que en 2019 se reportaron 4.539.694 casos de pacientes con diabetes. Para el periodo del 1 de julio de 2018 al 30 de junio de 2019, según la investigación, se reportaron 186.568 casos nuevos de la enfermedad, 73.630 más que los reportados en 2018, el 56,6 % de los cuales fueron mujeres.

“Se observa un crecimiento sostenido de la tasa de incidencia de la diabetes mellitus por cada 1.000 habitantes en Colombia”, se expone en la tesis. La CAC resalta que el mayor número de casos nuevos se reportan en Antioquia, seguida por Bogotá y Valle del Cauca.

Sin embargo, no se registran datos de las zonas rurales. “Es evidente que la prevalencia de diabetes en Colombia ha crecido de manera sostenida desde 2013, fecha del primer reporte de la CAC”, asegura el experto en su trabajo de grado.

Acceso desigual

A pesar de que la insulina está incluida en el plan de beneficios de salud, el acceso al medicamento es desigual en áreas rurales y urbanas, “es distinto entre regímenes subsidiado y contributivo, si se tiene medicina prepagada se obtiene con más facilidad acceso a insulinas más costosas”, asegura el director de la investigación.

Según la tesis del doctor Parra, el núcleo del problema está en que la industria farmacéutica desarrolla este tipo de medicamentos con base en los derechos de propiedad intelectual. Dado que las grandes trasnacionales ostentan las patentes –más aún del procedimiento biotecnológico para producir proteínas, como la insulina–, el acceso a este conocimiento queda limitado.

“La insulina fue la primera molécula o proteína hecha con tecnología biomédica, con la manipulación de los genes en ciertas bacterias, lo que se llamó ‘insulina recombinante’; pero quien tiene la patente pone el precio, porque tiene la propiedad intelectual”.

En este punto, vale la pena mencionar que en Colombia no se produce la insulina. El medicamento se desarrolla especialmente en Estados Unidos y Europa, en donde están las grandes industrias que controlan la biotecnología.

“Los problemas del sistema de aseguramiento, sumados a la imposición de las farmacéuticas de unos precios elevados, evidencian que hay una necesidad de replantear y reorganizar el sistema de salud y recuperar la administración de los recursos públicos”, concluye el investigador.

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