La lucha por la seguridad alimentaria
julio 30, 2021
El Cesar da pasos para conquistar la seguridad alimentaria.
Redacción Portada
En Sempegua, un corregimiento a 20 minutos de Chimichagua en el departamento del Cesar, se encuentra el Consejo Comunitario Afrodescendiente Amada Cabas Gutierrez, que recoge al menos unas 400 familias que tienen como actividad económica principal la pesca, quienes adentrándose a la Ciénaga de la Zapatosa logran el consumo y la venta de estos animales; como bien lo menciona en una de sus canciones Andrés Cadena, un reconocido cantador y sabedor tradicional del Consejo Comunitario “¡Canto por mi Zapatosa! ¡Vivimos de la Zapatosa!
Sin embargo esto no les es suficiente para lograr garantizar una alimentación variada y balanceada en sus mesas, algunos de sus habitantes refieren que tienen que realizar diversas actividades informales extenuantes para alimentar a sus familias, a esto se suman las dificultades para acceder al agua potable, a la energía, a las comunicaciones telefónicas y de internet, así como las reducidas oportunidades para emplearse formalmente y para que los jóvenes puedan acceder a educación media y superior de calidad, situaciones que se agudizaron debido al Covid-19.
En medio de todas estas situaciones los habitantes de Sempegua se caracterizan por la unión, organización y resiliencia comunitaria, que les ha permitido gestionar su desarrollo social, de forma paulatina con diversos actores regionales y nacionales en su territorio Instituciones como la Corporación colombiana de investigación agropecuaria – AGROSAVIA, desde su Centro de Investigación Motilonia y la Universidad Nacional, se aliaron en el año 2019 para buscar estrategias que, mediante la investigación aplicada, le permitan a las comunidades como Sempegua, el fortalecimiento de herramientas colectivas que conlleven a una emancipación comunitaria.
Fuerza de unión
En este corregimiento se realizó durante tres días el inicio de la siembra de una parcela productiva, la cual hace parte de las actividades de campo del proyecto interinstitucional ejecutado por AGROSAVIA y la Universidad Nacional sobre “Construcción Participativa de Estrategias de Seguridad y Soberanìa Alimentaria en Consejos Comunitarios del Cesar”, que busca fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria de sus habitantes, principalmente variando y ampliando el acceso a la oferta de alimentos que en la zona se presenta.
“La actividad se llevó a cabo con una alta participación de la comunidad donde se involucraron reconocidos líderes de la población, madres con sus hijos, hombres y mujeres jóvenes, quienes a su vez realizaron la Danza de la Siembra, que es una muestra cultural que busca preservar y rescatar las tradiciones de nuestra tierra, ya que nuestros abuelos nos cuentan que esta siempre ha sido tierra pesquera, aunque también tenían en sus casas patios productivos de plantas maderables, alimenticias y medicinales. Lamentablemente nosotros los jóvenes de Sempegua no hemos mostrado el suficiente interés por el conocimiento de nuestra cultura ancestral ni por las actividades agropecuarias que forman parte de nuestra historia, lo que ha conducido a que se vayan perdiendo con el tiempo, por lo tanto nos hemos visto motivados a rescatarlas a través de esta danza, que busca expresar lo que vivían y hacían nuestros antepasados en las labores de la tierra”, declaró Fabricio Mendez Gutierrez, joven afrocolombiano líder de la localidad e integrante de la casa de la cultura.
Cesar Forero Camacho, investigador master de AGROSAVIA expresa que “de manera concertada con las comunidades y después de un proceso de construcción de un diseño multiestratos y biodinámico se hizo el encerramiento, limpieza, preparación y siembra de especies como el Frijol Biofortificado Agrosavia Rojo 43, Sorgo Forrajero JJT-18, Batata Aurora, Patilla Afrodita y Berenjena Agrosavia C015, ofertas tecnológicas de AGROSAVIA, como también especies locales y medicinas tradicionales de esta zona del país. Esta huerta se presenta como un espacio de aprendizaje en doble vía, donde los productores nos enseñan sus formas de cultivar y nosotros refinamos algunas de esas prácticas para generar mejores resultados que redunden en la seguridad y soberanía alimentaria de esta población afrodescendiente, quienes en la actualidad están comprando muchos alimentos que ellos mismos pueden producir. El enfoque de esta huerta será agroecológico, entendiendo que, en una siembra a mayor escala, el manejo debe ser muy asertivo, práctico y fiable frente a un manejo convencional. Finalmente, este espacio es también un espacio de compartir dos culturas que desde nuestro equipo técnico definimos como compatibles en su totalidad”.
Por su parte Juan Sebastian Valencia, Trabajador Social y profesional de apoyo a la investigación de Agrosavia, considera que “el sector agropecuario colombiano tiene una historia intangible valiosa, que es necesaria conocer, comprender y visibilizar para con ello generar esfuerzos de innovación que aporten significativamente al bienestar y la organización comunitaria. En esta siembra también nos permitimos identificar la cronología agropecuaria ancestral, la cual es necesaria empoderar por parte de sus jóvenes y de las mujeres rurales”.
AGROSAVIA y la Universidad Nacional buscan ampliar su actuar en el territorio invitando a otros actores regionales a vincularse para fortalecer la proyección de la segunda fase del proyecto, porque consideran que el beneficio que las comunidades reciben a través de la ejecución de estos proyectos se traduce en un verdadero desarrollo que es más que necesario para varias poblaciones del Cesar que se encuentran en similares condiciones.